


Y un día Amazon llamó a mi puerta y esta vez no era para dejar nada, ninguna de las compras, que yo, súper fan de Amazon, he realizado en los últimos meses.
No, esta vez Amazon llama a tu puerta para invitarte a desayunar, en el jardín de Salvador Bachiller, uno de esos sitios mágicos con que a veces te sorprende Madrid, un lugar por el que has pasado cientos de veces, sin jamás imaginarte, que su tejado alberga un pequeño paraíso.
Y te invitan a desayunar, no en calidad de clienta, que sí señores, también me lo merezco. No, te invitan a desayunar en calidad de autora. Y ese día, Adam Sedo, el director de comunicaciones de Amazon España, te presenta ante los periodistas de las revistas lifestyle más prestigiosas del país como una de las autoras autopublicadas que más vende en la plataforma kindle.
Y ese día, como podéis imaginar, para una autora como yo, para alguien que escribe en su casa, en chancletas, en los momentos libres que le dejan sus hijos, su trabajo y mientras un guiso se cuece en la cocina, alguien que hace tres años, vivía de la tecnología y del turismo, alguien que decidió empezar de cero a los 40 a vivir la vida que realmente deseaba, ese día mola. Mola mucho.
Y te das cuenta de que detrás del Dios Amazon, viven personas cercanas, como tú y como yo. Personas como Koro Castellano, directora de Kindle España, que en verano disfrutan de enterrar los pies en las mismas playas, en la misma arena en la que yo entierro los míos. O con Silvia Olmedo, una prestigiosa psicóloga y escritora internacionalmente conocida.
Y ese día hablamos de coaching, y tuve el placer de trabajar con ellas, durante un ratito, acompañándolas en el camino de ser conscientes de qué cosas son importantes en la vida y que a veces olvidamos. Y hablamos también de la autopublicación, que ha sido un punto de inflexión en mi vida.
Porque desde el mismo instante en que decidí que quería escribir, jamás me plantee el camino de las editoriales. No porque tenga nada en contra de las editoriales, sino que yo ya había esperado demasiado en mi vida. No quería pasar por el camino de “mando manuscrito, espero respuesta”. No por miedo al no. Si no porque no me apetecía esperar.
Y fue un acierto, porque en las dos experiencias que he tenido con Amazon, el resultado ha sido siempre el mismo. Subo libro, promociono libro, y los emails de todo el mundo empiezan a llegar. Con “Cómo ser un soltero de otro”, incluso tenía ventas realizadas antes de subir el libro.
Y en mi caso, Amazon, no ha dejado de ayudarme. Y me ha ayudado de muchas formas, cómo por ejemplo promocionando el libro en ofertas puntuales, o haciendo que algunos medios, se interesaran por La Buena Ruptura, como El Mundo el año pasado.
Y el día del desayuno además, van, y me regalan una toalla, la que va a ser mi toalla de playa.
La que siempre que la extienda en la playa, en la misma playa en la que Koro también extenderá la suya, yo me acordaré de que si te dejas llevar por el corazón, si persistes, si trabajas, los sueños, dejan de ser sueños, para convertirse en vida, tu vida.
Y me acordaré, de que un día soñé escribir en chancletas, en mi casa, y soñé que mis libros los leía mucha gente, y me acordaré de que a veces, la realidad supera a los sueños. Y sabré que si en nada de tiempo, he conseguido tanto, aún queda mucho camino por recorrer, y al día siguiente, es posible que me despierte de madrugada, y en vez de quedarme en la cama, baje de puntillas a mi despacho, para seguir escribiendo. Porque, quién sabe a dónde puede llevarme mi próximo libro autopublicado…
Gracias Amazon por hacerme sentir grande.



Enhorabuena Ángela! Seguro que no necesitas que nadie te diga que eres grande pero el detalle de Amazon siempre ayuda.
Moltes gràcies Joan!!. Bueno, eso va a días, uno se siente a veces grande, y a veces pequeño. Lo importante es que grande o pequeño ir haciendo el camino que uno siente en el corazón. Y encontrar por ese camino la lucecita de Amazon, pues uno va andando con más ganas ¿no?